Ajustando tus niveles de felicidad

La felicidad y el lugar donde se ha nacido están íntimamente relacionados. Al menos eso confirma un estudio que asegura que los franceses y americanos tienen peor humor

 felicidad pura

Si alguien todavía duda de que su estado de ánimo o felicidad esté meramente influido por el lugar donde nace, esa incertidumbre acaba de resolverse. Investigadores de la Universidad Británica de Warwick (Estados Unidos) han tratado de medir esta cuestión y han publicado un estudio, del cual han extraído interesantes conclusiones.

felicidad a colores

En la mayoría de los casos, siempre hemos aludido a ese clásico tópico de que los ciudadanos de países nórdicos acuden a nuestra tierra por su clima, sus gentes, su gastronomía… Pero, ¿hemos pensado alguna vez si esas diferencias de temperaturas que existen entre su lugar de origen y España encierra una explicación más profunda?

felicidad en familia

Más luz = humor

Pues al parecer sí y no es una cuestión baladí. Tampoco hace falta salir de nuestro terreno para darse cuenta de que los habitantes de poblaciones con más horas de luz y sol suelen tener mejor humor, estar más alegres, ser más dichosos…

Por todo ello, los científicos americanos aseguran que ese nivel de dicha suele estar en función de donde se nazca y se resida. Podría parecer, en un principio, algo lógico si sólo nos limitamos al nivel de riquezas, Producto Interior Bruto y posibilidades de una nación pero la cuestión, en concreto, no se restringe a esos parámetros.

felicidad para todos

El gen de la felicidad se lleva dentro (en nuestros genes) pero está además condicionado por una hormona llamada serotonina. Ésta se ve directamente influenciada y varía por lo que te rodee y por la zona en la que residas y, por supuesto, no se mantiene al mismo nivel en cada persona del mundo.

felicidad con sonrisa

Al parecer, los franceses son los que tienen peor humor y la serotonina más baja, seguidos por los ingleses y estadounidenses. Es decir, desde que nacen, ya tienen una inclinación natural hacia el malhumor. Para disminuirlo se puede recurrir a cambiar los hábitos alimenticios, las rutinas y realizar actividades diferentes.

Instinto animal

A los animales les ocurre algo similar, ya que este no es un padecimiento del ser humano. En un experimento realizado a un grupo de ratones se les anuló el gen que regulaba los niveles de serotonina en su cerebro. A partir de ese momento, las hembras eliminaban su instinto maternal original e incluso abandonaban a sus crías.

actividades para felicidad

Sin llegar a esta situación, conviene que esta hormona se mantenga en su justa medida e, independientemente de que seas americano o francés, rodéate de personas alegres y con energía positiva que aumenten tu felicidad.

Gibraltar: una ventana abierta al narcotráfico

El Peñón de Gibraltar se ha convertido hoy día en una puerta abierta a la introducción de cocaína u otros productos ilegales hacia España. Para algunas familias es un modo más de subsistencia

 

película El niño, gibraltar ¿Ficción o Realidad? Realidad novelesca más bien, aunque nada alejada del entorno que día a día viven miles de ciudadanos de las poblaciones gaditanas de La Línea, Algeciras o Gibraltar.

La recién estrenada película española de “El Niño”, del director Daniel Monzón (que ya consiguió gran éxito y premios Goya con “Celda 211”) nos abre una pequeña ventana al mundo del narcotráfico que ocurre en el Estrecho de Gibraltar.

helicoptero-gibraltar

Aunque para el resto del país quizás esta situación pueda parecer excepcional para los habitantes de las poblaciones que circundan el Peñón, esta situación se ha convertido en algo tan habitual que se ha asumido como ordinaria y hasta rutinaria.

Cocaína en gomas

Tampoco es un tema que se comente en cada esquina pero si abres bien el oído, quizás en un bar puedas incorporarte a esta conversación tan peculiar porque todo el mundo “conoce a alguien que conoce a un tipo o tiene a un amigo o a un familiar que…” ha transportado varios kilos de cocaína o pilotado una de estas gomas en alguna ocasión.

gibraltar

Tan sólo 14 kilómetros distancian España de Marruecos formando el Estrecho de Gibraltar, un límite natural entre el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico. Sin embargo, ante ambos se abre todo un mundo de contrastes –sociales, económicos, políticos, religiosos, de costumbres…-, que hace que los dos países vecinos se alejen mucho más.

Medios insuficientes

En lo que sí coinciden, tanto España como Marruecos, en el tráfico ilegal y en pasar todo lo que puedan de un lado al otro de la frontera. Por ello, los controles se hacen cada día más necesarios, a pesar de que los esfuerzos por parte de las autoridades, a veces son insuficientes.

Recientemente, la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGG) señala públicamente que “el contrabando en la zona de La Línea y por Gibraltar se ha ido convirtiendo en una forma más de subsistencia que genera un estilo de vida propio y es aceptado por una buena parte de la sociedad”.

contrabando gibraltar

Y, además, en medio de esta situación, “los medios de los que disponemos son cada vez menores. La delincuencia está mejor organizada y dispone de mejor tecnología con embarcaciones de gran potencia”.

Recompensas

Es más, en ocasiones se han llegado a producir importantes accidentes que han puesto en peligro la vida, no sólo de estas personas (que en algunos casos sólo intentan ganarse la vida o el pan de sus hijos, aunque no muy honradamente) sino de las fuerzas de seguridad implicadas.

narco_gibraltar

¿Es necesario llegar a estos extremos a cambio de una recompensa económica? ¿Vida versus dinero?

Almacenes (con rejas) de Enfermos Mentales

cárcel

La cárcel es un sitio que nos aleja y encierra de todo lo que nos rodea y todos los que queremos, ya que, al fin y al cabo, ésa es su misión. No es un espacio agradable pero tampoco parece ser el mejor lugar para que alguien se rehabilite o se reinserte en la sociedad, tal y como demuestran día a día las personas que desfilan por este lúgubre lugar. Y si a esto se le suma que esa persona sufre algún tipo de trastorno psicológico, las circunstancias acaban complicándose aún más.

La existencia de psiquiátricos penitenciarios es un hecho; también en España. Concretamente existen dos: uno en Alicante y otro en Sevilla, dentro de la propia prisión de Sevilla II.

Población psiquiátrica

La evolución de la población psiquiátrica reclusa se ha disparado en poco más de una década. La misma asociación Pro Derechos Humanos denuncia que en las cárceles españolas, que además son las más pobladas de Europa, hay un total de 19.000 personas con alguna enfermedad mental grave (refiriéndose a cuadros psicóticos, depresiones y trastornos derivados de la droga como los más frecuentes). Asimismo, aseguran que el 90% de estos presos son esquizofrénicos paranoicos y que uno de cada cuatro internos tiene un trastorno mental. A esto se une el hecho de que en 1986 la Ley de Sanidad suprimió la existencia de los manicomios. Por lo tanto, hoy día no hay alternativas a los penales para estas personas. Así, el mismo José Chamizo, defensor del Pueblo Andaluz, ha acuñado una frase muy significativa para definir esta circunstancia, afirmando que las prisiones se han convertido en  “almacenes de enfermos mentales”.

cárcelRealmente tiene la razón. Para estas personas enfermas sólo existen actualmente unas 580 plazas en los dos únicos penales psiquiátricos que hay en el país. El resto de los presos con esquizofrenias, paranoias, o trastornos de personalidad acaban en distintas cárceles, generando un grave problema, no sólo por el aumento de  volumen, sino porque los funcionarios que los atienden no han sido adiestrados para tratar a este tipo de enfermos. Tampoco se ideó ningún tipo de red de centros de día o residencias de corta, media o larga estancia, ni se incentivó la coordinación con el resto de servicios de las respectivas comunidades.

Medicación psiquiátrica

Un ejemplo de esta omisión administrativa podría ser la cárcel asturiana de Villabona, donde el propio director de la institución, José Carlos Díez de la Varga, reafirma que “es algo muy preocupante el estado de estos presos, tanto o más que la masificación, porque con ellos, cualquier chispa puede hacer saltar el fuego”. Además, aporta cifras que aluden a que el 40% de los reclusos (en total hay unos 586) toma algún tipo de medicación psiquiátrica. Por eso, se alarma al exclamar rotundamente que “la prisión no es el lugar para un enfermo mental, no están diseñadas para eso, aquí hacemos lo que podemos, pero sólo pueden empeorar”.

Al margen de la importante labor de asociaciones, organizaciones no gubernamentales, algunos voluntarios o incluso la Iglesia, los enfermos mentales aún no han encontrado un hueco adecuado en la sociedad. Por lo tanto, esta situación pone de manifiesto que el tema de la salud mental sigue siendo una de las asignaturas más pendientes del país.