“Lección debida” nos descubre la naturaleza más oscura del ser humano

El miedo es una característica innata del ser humano. Por eso, nunca sabes cómo podrías reaccionar en una situación extrema. La película “Lección Debida”, de Iván Ruiz Flores, nos pone en una de esas circunstancias, aunque no sabemos qué elegirán sus personajes

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El miedo tiene muchas vertientes y sólo Iván Ruiz Flores, el joven director y guionista madrileño, sabe manejarlo con total maestría.
Lección Debida” es su primer largometraje, después de mostrarnos en una sucesión de inolvidables y premiados cortometrajes algunos de las angustias y problemas sociales que más le interesan. En esta ocasión Ruiz ha querido indagar en la oscura naturaleza que encierra todo ser humano. Como él mismo ha asegurado en alguna ocasión, “a mí los fantasmas no me dan miedo. Los que sí me lo dan son las personas”.

Simbólica y arriesgada

Y, en este sentido, nunca sabes cómo puedes reaccionar en determinadas situaciones y eso, en el fondo, da auténtico pavor. De ahí surgen las culpas, ya que intentamos lecciondebidasobrevivir –según nuestra propia justicia y nuestras libres decisiones en determinados momentos- a nuestras acciones, a las interminables dudas y remordimientos que nos acaban consumiendo.
La película está llena de simbología y el espectador no se encontrará con un film habitual con un planteamiento, trama y desenlace tradicional. Su director la define como arriesgada en su forma, ya que sus personajes (encarnados por actores de la talla de Txema BlascoMontse OrtizRamiro MelgarMarta de FrutosMar GarcíaRoberto ÁronJavier RojoRuth Armas y María Castillo) se ven sometidos a un arduo e intenso estado mental y físico que no baja de intensidad.
Por ello, acude a unos recursos narrativos que no suelen utilizarse habitualmente en el mundo cinematográfico y que pueden despistar al espectador. Precisamente, ésa es su intención. «Tenía especial interés en hacer un planteamiento y un desarrollo de película confuso, donde algunos personajes saben más que el espectador y eso lo desubica, lo incomoda. El que vea la película no va a encontrar respuestas fáciles y sí se va a topar con preguntas difíciles», afirma el director.

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En este sentido, en “Lección Debida” podemos ver planos fuera de cuadros, pantallas partidas (que nos están midiendo conceptos de lo justo/injusto), exagerados primeros planos, aires invertidos, entre otros muchos.

Miedos presentes

El sonido y la música también son muy importantes y protagonistas siempre vigentes durante todo el largometraje. Crean tensión, impacto, angustia, nos hacen más presente los miedos de este guionista acerca de la facilidad con la que se le puede manipular al ser humano y la fragilidad de los mismos.

La intención de Ruiz Flores es que nos sintamos molestos por lo repetitivo de determinadas evidencias (como por ejemplo el simbolismo de los colores -el rojo de lo prohibido y el verde de lo permitido) pero no de forma gratuita, sino con un fin muy concreto: «Que es espectador se conforme o se distraiga con lo evidente y deje pasar la oportunidad de ver símbolos más sutiles como pueden ser la constante presencia del agua; el color ámbar (también en la película); los cristales y espejos a través de los que nos miramos; los huecos que se abren en el suelo y el techo de nuestra edificación social…», nos revela el genial director.

Significado profundo

En definitiva, está claro que en este film nada es casual ni está hecho por puro azar. Todo está sutilmente cuidado y cada plano, cada sonido, cada movimiento y palabra de un personaje encierra un significado más profundo del que aparentemente pueda parecer.

lecciondebida3Además, el espectador no podrá despegarse de su asiento a lo largo de los 62 minutos que dura este impresionante experimento fílmico llamado «Lección Debida». La tensión va apoderándose de nuestro cuerpo para conseguir sumirnos en una mezcla de sensaciones que explotan en un impacto final que produce todo tipo de reacciones menos indiferencia.
Iván Ruiz Flores es un director y guionista que aún tenéis que descubrir porque encierra en su cabeza mucho más que aún no nos ha enseñado, aunque está claro que el camino que está recorriendo, sin ninguna duda, no es el equivocado.